El plantel universitario penquista, junto a California Institute of Technology (Caltech) y la Shanghai Normal University firmaron un memorándum de entendimiento para poder trasladar el “Leigthon Chajnantor Telescope”, ubicado actualmente en Hawái, hasta el norte de nuestro país, donde será instalado junto a las 66 antenas del observatorio ALMA. El equipo será controlado a distancia desde el Campus Concepción de la UdeC.
Con extremo cuidado, paciencia e ingeniería de alta precisión, un equipo de la Universidad de Concepción, dirigido por el Director del Centro para la Instrumentación Astronómica (Cepia), Rodrigo Reeves Díaz, se encuentra en Hawái a cargo del desarme del Leighton Chajnantor Telescope (LCT), un telescopio de de 10,5 metros de radio, que a fin de año traerán a nuestro país, para ser instalado en el Norte de Chile.
El equipo es propiedad del consorcio formado por el California Institute of Technology, Caltech, la Shanghai Normal University y la Universidad de Concepción, quienes firmaron un memorándum de entendimiento para el traslado, instalación y mantención del equipo que, una vez esté operativo, será controlado desde el Departamento de Astronomía de la UdeC, de manera remota.
El telescopio se instalará en el llano de Chajnantor, junto al Observatorio Alma, en el altiplano chileno.
De esta forma, la Universidad de Concepción se convierte en la primera institución de Educación Superior en Chile en participar de un proyecto de este tipo, lo que no sólo beneficiará el desarrollo científico del país, sino también permitirá que el cuerpo académico de la UdeC y sus estudiantes puedan acceder al telescopio, desde donde podrían obtener datos y desarrollar investigaciones afines, afirmó Reeves.
“Es un cambio de paradigma para la astronomía nacional porque siempre hemos utilizado la infraestructura extranjera instalada en Chile para realizar investigaciones. En este caso, vamos a tener la oportunidad de dirigir los objetivos científicos, participar en el desarrollo tecnológico de frontera en los receptores y los detectores y, además, poder hacer la ciencia en el rango submilimétrico y también de frontera que, tanto los académicos de la UdeC como los estudiantes, van a poder explotar”, detalló.
Oportunidad para el trabajo multidisciplinario
Reeves dijo que este proyecto no es sólo una oportunidad para el desarrollo científico, sino también una oportunidad para que distintas disciplinas trabajen en conjunto por un mismo objetivo, algo que no sólo se verá reflejado una vez que el telescopio esté operativo, sino que hoy, durante el proceso de desarme, ya se puede evidenciar.
“Este tipo de proyectos son muy multidisciplinarios; es decir, no es sólo la rama de la astronomía es la que está movilizada en este caso para poder trabajar en este proyecto, sino que además las diferentes áreas de la ingeniería. Esto lo demuestra que el grupo LCT que está participando desde la Universidad incluye docentes de Ingeniería Civil, Ingenieros Mecánicos, Electrónicos, Telecomunicaciones y ellos participan en las diferentes facetas de este proyecto; por lo tanto, eso a la escala de proyectos multidisciplinarios es la prueba patente que la ejecución de este tipo de proyectos es posible”, indicó.
Agregó que, además, “la instalación de esta plataforma permite que este tipo de proyectos multidisciplinarios tengan un lugar común de trabajo y participación académica con los estudiantes haciendo tesis de pregrado, postgrado, de desarrollo, entrenamiento. Por lo tanto, tanto desde el punto de vista del entrenamiento, como desde el punto de vista científico y además desde el punto de vista del desarrollo tecnológico que el proyecto ofrece, pone a la Universidad de Concepción en una posición de vanguardia nacional”.
Proceso largo
Durante junio, el equipo en Hawái se dedicará al desarme de la estructura que sostiene al telescopio.
“Durante el segundo semestre, en octubre o noviembre, llegará una grúa a desarmar el telescopio en dos piezas; puesto que el reflector principal, con forma de parabólica, no se puede tocar ni dividir para facilitar su transporte. Es un reflector de 10,4 metros de diámetro que tiene que viajar de forma monolítica, por lo que eso tiene sus propias dificultades”, detalló Reeves.
Si todo marcha de acuerdo a lo programado, a fines de 2022 la estructura completa se embarcaría con destino al norte de Chile, para proceder a su instalación final. El viaje por mar tomaría cerca de 3 meses.
Así las cosas, se espera que a principios de 2024 se inicien las pruebas de funcionamiento del telescopio.
Daniel Tapia Valdés
Nota publicada por Noticias UdeC