Como parte de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, las magistradas Marcela Araya Novoa y Lidia Poza Matus, ambas exalumnas de nuestra casa de estudios, participaron de un seminario sobre imparcialidad y perspectiva de género donde enfatizaron el rol ético que debe tener el poder judicial en este tipo de materias.
El seminario “Justicia Penal, Imparcialidad y Perspectiva de Género. A propósito del Día Internacional de las mujeres”, que se realizó en UdeC Santiago el pasado 7 de marzo, fue la instancia que reunió a las magistradas AlumniUdeC Marcela Araya Novoa, ministra de la Corte de Apelaciones de Copiapó, y a Lidia Poza Matus, Directora de la Asociación de Magistradas Chilenas y Jueza del Noveno Juzgado Civil de Santiago, junto a abogadas de distintas zonas del país.
La actividad contó con la exposición en formato híbrido de la fiscal de la Procuración General de la Nación Argentina, María Luisa Piqué, instancia en la que participaron el Instituto de Estudios Judiciales y la Vicerrectoría de Relaciones Institucionales y Vinculación con el Medio VRIM de la UdeC, como colaboradores y el Proyecto de Investigación Aplicada “Protocolo de Actuación para la atención en justicia con enfoque de género y diversidad sexual” de la Universidad de Concepción como entidad organizadora, proyecto donde además participan las AlumniUdeC e investigadoras Daniela Santana Silva, Priscilla Brevis Cartes, Valentina Parodi Soto y María Victoria Ulloa Becerra, junto a la Directora del proyecto y Vicerrectora VRIM, Dra. Ximena Gauché Marchetti, la Directora alterna del mismo, Cecilia Bustos Ibarra, y la investigadora Cecilia Pérez Díaz.
El camino hacia el enfoque de género
Luego de comentar con el público lo planteado por su par transandina, ambas magistradas hicieron una reflexión sobre lo que significa trabajar con perspectiva de género y cómo se dio el camino para concretar esto. En el caso de la jueza Lidia Poza, su interés por el enfoque de género en justicia se inició desde sus años de estudiante en la UdeC, cuando integró el colectivo Luna Negra, conformado por unas 600 personas con quienes realizaba actividades de difusión sobre los derechos de las mujeres. Luego de eso, pasaron unos 12 años donde se reencontró con este tema debido a invitaciones que le hicieron por su propio rol como abogada. “Asistí a varios congresos internacionales y me fui interiorizando de cómo las juezas estaban viendo todo el tema de promoción de la mujer, desde el punto de vista estrictamente jurídico”, lo que la llevó a ser una de las fundadoras de la Asociación de Magistradas Chilenas y a impulsar el desarrollo en nuestro país del Máster de Género de la Universidad de Jaén, España, que patrocina el Instituto de Estudios Judiciales chileno.
Para la magistrada Poza, un hito importante en la historia del Poder Judicial chileno, lo constituyó el fallo de la jueza Karen Atala Riffo versus Chile ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, “donde nuestro país fue condenado a reparar y a educar a todos sus funcionarios y funcionarias en los temas asociados, los derechos en contra de la discriminación, igualdad ante la ley -y que incluye a la perspectiva de género- entonces desde ahí nosotros consideramos que era un deber nuestro capacitar”.
En el caso de la ministra de la Corte de Apelaciones de Copiapó, Marcela Araya Novoa, su rol específico en esta temática es presidir el Comité de Género de la Corte, y en ese contexto, “hacemos efectivas las políticas de la Secretaría Técnica de Igualdad de Género y no Discriminación de la Corte Suprema, donde la principal misión que tenemos es capacitar a todos y todas quienes trabajan en la judicatura, desde aquellos que les corresponde atender en el mesón hasta jueces, juezas e incluso los ministros de la corte”.
El sello UdeC en la formación
Ambas profesionales destacaron cómo la Universidad de Concepción marcó la mirada que tienen sobre los derechos de la mujeres. En el caso de la magistrada Marcela Araya, destacó “el rigor, el sentido crítico, la capacidad de análisis que me permite inicialmente estudiar temas probatorios y hacer la vinculación entre la prueba y los temas de discriminación que se producen en el juzgamiento especialmente de delitos de género. Entonces desde allí me intereso en los temas de género y también con el acceso a la justicia, que es muy relevante”. Aseguró que ve un avance significativo en las casas de estudio, “no con la celeridad, ni la magnitud que uno quisiera, pero sí existe la incorporación de estos temas en las universidades y en la academia judicial que forma jueces y juezas”, por lo que está satisfecha que “ahora se hable de que el género debe ser parte de la formación universitaria y la formación de los profesionales”.
La jueza Lidia Poza destacó que durante su paso por la UdeC, percibió “un gran movimiento reflexivo acerca de muchas cosas que estaban vinculadas a los DDHH y la protección a los DDHH en la que yo sentía que estaban un poco fuera los derechos de las mujeres, pero la Universidad lo que nos dio fue -a pesar de que era una época de mucha represión- un cobijo, es decir, por lo menos teníamos la posibilidad de sentarnos, conversar algunos temas y no nos cerró la puerta encima”, asegurando que eso les permitió “abrirnos a mirar otras realidades, otras formas de entender los DDHH y entenderlos también desde los DDHH de las mujeres”.
El camino para las nuevas generaciones
Ambas magistradas coincidieron que hoy existe un deber ético de trabajar con perspectiva de género, por eso la ministra Novoa enfatizó que nunca se debe dejar de estudiar y perfeccionarse, invitando a las nuevas generaciones a participar de cada programa que la UdeC pueda ofrecerles en esta materia. “Hay que aprovechar estos insumos para seguir perfeccionándose, ampliar la mirada aunque parezca que en lo profesional el desarrollo no está vinculado, pero siempre va a haber un espacio donde los temas de género van a estar presentes”.
De igual forma la magistrada Lidia Poza manifestó que “hay una necesidad ética de poner todas nuestras capacidades y los privilegios que tenemos –porque estudiar hoy en la universidad sigue siendo un privilegio- al servicio de todos aquellos que van a estar a nuestro alrededor como depositarios de nuestro trabajo, por lo tanto, no hay que olvidar que uno de los elementos que la ley también tiene, es el componente ético a cerca de la conducta correcta de nuestros compatriotas, de los ciudadanos y las ciudadanas y esa actitud ética de corrección, implica un profundo respeto a los derechos de todas las personas sin discriminar”.