Marcia Moreno, periodista y fundadora de AmMore en Cleveland, Estados Unidos

 

“Me siento una embajadora de Chile en Cleveland”

 

Marcia Moreno llegó de Santa Cruz a estudiar Periodismo en la Universidad de Concepción en 1996. Sostiene que “haber ido a una Universidad grande me dio muchas oportunidades de crecer como persona, ya que venía de un pueblito en la sexta región con 30 mil habitantes, Santa Cruz no era lo que es hoy. Tener la oportunidad de conocer tantas otras vidas, experiencias, me abrió los ojos a un tremendo mundo”.

“Me marcaron algunos profesores que fueron claves en mi carrera y en mi decisión de irme fuera, como Elizabeth Parra, Eugenio Oblitas, Carmen Gloria Donoso, Graciela Batarce y Víctor Hugo García. También fueron decisivas las primeras grandes amistades de la vida, que aún mantengo”, asegura.

Los inicios de su carrera profesional estuvieron ligados a su Alma Máter. Comenzó con un contrato de media jornada en el área de Comunicaciones de la Universidad, que complementaba con otros trabajos en la Dirección de Investigación y Explora Biobío. “Me gustaba mucho trabajar en la Universidad, el ambiente, estar rodeada de estudiantes. Me dediqué  a la divulgación de Ciencia y Tecnología, educación interactiva, desarrollo económico local, áreas que han sido muy interesantes para mí”, recuerda Marcia y explica que experiencias como trabajar como asistente de investigación, junto a Anita Valdés en el proyecto Fondef que creó Explora marcaron profundamente lo que sería su camino profesional.

Gracias a un convenio que la UdeC mantenía con Cleveland State University, Marcia partió en agosto de 2005 a estudiar un Máster en Comunicación Aplicada.  Asegura que “mi intención era volver a Chile con un Máster y un Inglés muy fluido, que me permitieran posicionarme. Pedí un permiso sin goce de sueldo en la Universidad y un crédito Corfo para sustentarme en Cleveland, pues la beca solo cubría el arancel”. Sin embargo, apenas terminó sus estudios recibió una oferta de trabajo en Cleveland, que le permitiría pagar más rápido su crédito. Así comenzó su vida profesional en Estados Unidos, sin proyectarse a largo plazo. Reconoce que “para mí fue una decisión de varios  años quedarme en Estados Unidos, aceptar que tendría dos casas y el corazón en dos partes, pero las oportunidades que se me presentaron fueron tan diversas, de mucho impacto social y tanto potencial profesional,  que eso hizo finalmente la diferencia”.

En la decisión pesó también que inició una relación de pareja con un ex compañero del postgrado, con quien se casó en diciembre de 2011 y actualmente tienen un hijo de 6 años. Afirma que “mi esposo ha entendido y aceptado el hecho de que soy de otro país. Me ha impulsado a ir a Chile por periodos prolongados y que nuestro hijo sea mitad chileno . Lo que soy hoy día ha sido en gran parte gracias al apoyo de mi marido,  un marido cien por ciento gringo, algo que nunca imaginé”.

Su primer trabajo en Cleveland fue como directora de negocios de una organización latina sin fines de lucro llamada El Barrio, que trabaja con inmigrantes, refugiados y personas privadas de libertad. “Les ayudaba a buscar trabajo, contactaba empresas y generaba planes de capacitación de seis semanas en las habilidades que esas empresas querían que tuvieran. Me encantó  trabajar en servicio social, desarrollo comunitario y talent management, conectar con el mundo corporativo, sus necesidades y también con las necesidades de los refugiados e inmigrantes”, detalla Marcia.

Luego de 3 años tuvo un giro profesional, motivada por trabajar en el área donde había desarrollado su tesis del máster, comunicación y salud. Se fue  a trabajar como asistente de investigación y gerente de proyectos de la Escuela de Medicina de Case Western Reserve University, donde desarrolló estudios con la comunidad latina. “Cuando opté por ese trabajo mi motivación era hacer un doctorado en Antropología Médica, pero me di cuenta que la investigación no era lo mío, porque era muy teórico y yo soy más pragmática. Me gusta hacer, comunicar. Coincidió con mi embarazo y el nacimiento de mi hijo  y decidí hacer un cambio”, explica Marcia.

En 2013 volvió al tema latino y comunitario, al integrarse como directora asociada a la organización Esperanza, que ayuda a estudiantes latinos gratuitamente a graduarse del colegio y la Universidad. Estuvo a cargo de finanzas, recursos humanos y temas gerenciales. Asegura que le gustó y aprendió mucho, pero era un trabajo muy demandante y luego de tres años comenzó a repensar sus prioridades.

Pensando en que sería un trabajo menos intensivo, se fue a trabajar a una firma de abogados, donde su rol fue crear y administrar la estrategia de diversidad e inclusión. “Me encantó el ámbito corporativo, creo que mi personalidad es muy corporativa, pero cuando pensé que sería menos demandante me equivoqué completamente. Además, me di cuenta que era un mundo burbuja, alejado de la realidad y no conecté mucho”, señala.

Con el apoyo de su marido decidió renunciar a su trabajo y darse un espacio para disfrutar la niñez de su único hijo; además el tiempo sirvió para analizarse y conectarse con lo que había hecho en los distintos trabajos. “Concluí que había una tremenda oportunidad de utilizar mi experiencia para conectar las necesidades que tienen las empresas de diversificar su fuerza laboral con el grupo demográfico que más rápido está creciendo en Estados Unidos: los Latinos. Yo conozco muy de cerca a los profesionales latinos y quiero convertirme en la experta a quien la empresa busque cuando necesite atraer, reclutar, retener y promover a los Latinos.  Aunque los latinos representamos el 18% de la población actualmente, solo tenemos 4% de puestos de liderazgo en empresas privadas. Hay una brecha tremenda que hay que empezar a achicar”.

Así nació AmMore, su empresa de consultoría dedicada a apoyar a las organizaciones para diversificar de manera efectiva su fuerza laboral creando estrategias y programas para atraer, reclutar y retener profesionales latinos. Desde esta plataforma, Marcia aspira a liderar un cambio en la cultura organizacional para enseñar a las empresas en Cleveland. “Los latinos tenemos características y estilos distintos de liderazgo, de comunicación, de relaciones sociales, que tienen que ser entendidas y potenciadas por las empresas. Estas diferencias culturales deben ser vistas como fortalezas y deben ser integradas en la cultura organizacional; la idea de “cultural fit”, o de que el empleado se tiene que adaptar a la cultura organizacional está obsoleta; las organizaciones deben aprender a aceptar, respetar y valorar las diferencias que cada individuo trae consigo, y potenciarlas para el éxito de la organización”. 

Marcia explica que “en Cleveland hay una cantidad considerable de latinos profesionales que están buscando oportunidades para avanzar a niveles gerenciales. Yo trabajo con las empresas para crear estrategias y programas de largo plazo que les permitan atraer y mantener a ese talento".

El discurso del actual presidente de Estados Unidos sobre los latinos la motivó a un más para trabajar con esa comunidad porque “no podemos dejar que otros cuenten nuestra historia, no podemos dejarlo al arbitrio de los medios. Debemos entender que mucha  gente le tiene miedo a lo que es distinto, al que se viste distinto o habla distinto”.

Otro aspecto importante del trabajo de Marcia consiste en  la atracción de talento en Chile. Asegura que “existen muchas similitudes entre Concepción y Cleveland y en mi último viaje a Chile inicié conversaciones con autoridades y universidades para activar programas de intercambio y establecer conexiones en el ámbito cultural, artístico y comercial”.

Marcia se ha planteado esta área de su trabajo como un desafío personal. “Mi negocio tiene que conectarse con Chile y especialmente con Concepción, porque si bien nací en Santa Cruz me siento penquista y esto es para mí un compromiso, porque haber tenido la posibilidad de este intercambio me cambió la vida. Internacionalización es una prioridad de ambas ciudades y yo quiero ser parte de ese proceso en Concepción y en Cleveland”.

Marcia ha sentido desde siempre la necesidad de mantenerse conectada con Chile, y eso se refleja en su vida profesional y personal.  “He seguido súper involucrada con el tema chileno y tenemos una pequeña comunidad de chilenos en Cleveland que organiza actividades para las fiestas patrias, organizamos eventos para reunir dinero en los terremotos, y continúo cantando y tocando música chilena siempre que puedo.  Me involucro en todo lo que tenga que ver con el tema chileno y me siento una embajadora de Chile en Cleveland”.

 

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